Contrapunto a tres y cuatro voces (mezcla de especies)

Tres voces y mezcla

En términos generales, todo lo mencionado anteriormente sobre el trabajo a dos voces es aplicable al trabajo a tres voces. Sin embargo, existen algunas diferencias en ciertos aspectos que se ven directamente influenciados por la incorporación de una tercera voz, especialmente en lo que respecta a los inicios y finales, como veremos a continuación.

Los ejercicios a tres voces se escribirán en tres pentagramas separados: la voz más aguda en clave de sol en segunda, la voz más grave en clave de fa en cuarta, y la voz intermedia en clave de do en tercera.

Una de las voces llevará el Cantus Firmus, otra de ellas la especie a trabajar y la restante completará el conjunto con redondas. Para una mayor claridad marcaremos el Cantus Firmus con las iniciales C.F., y así se evitará confundirla con la voz o voces con redondas.

Con tres voces es posible formar acordes completos, pero esto es solo una opción, no una obligación. Es preferible priorizar una buena continuidad melódica antes que una armonía completa.

Si un acorde no está completo, es mejor utilizar la 3ª del acorde, acompañada de la 5ª o la fundamental. La sonoridad de un acorde sin la 3ª resulta muy vacía, pero se puede emplear si esto beneficia claramente la conducción de las voces.

En caso de un acorde incompleto, la duplicación es flexible y debe siempre estar guiada por la mejor conducción melódica.

Es importante mantener la unidad de acorde por compás. Las notas reales de una voz pueden afectar las de las otras, lo cual no ocurre con solo dos voces.

En la escritura a dos voces, se solía considerar estas voces como elementos extremos. Ahora, al incorporar una voz intermedia, se genera mayor variedad en las relaciones con las otras voces, tratándolas también como elementos intermedios. Esto permite abordar quintas y octavas directas con menos limitaciones.

La duplicación de las voces de bajo y soprano en un acorde en primera inversión sigue considerándose incorrecta, pero únicamente cuando ocurre en el primer enlace del acorde (es decir, al inicio del compás), sin afectar al resto de las notas que se presenten posteriormente, dependiendo de la especie en cuestión.

Posición relativa entre voces

Es esencial que la distribución de las voces sea equilibrada, lo que significa evitar que dos voces estén demasiado cerca entre sí mientras la tercera queda muy separada. No importa si todas las voces se concentran en un registro agudo o grave, o si están muy separadas entre ellas; sin embargo, juntar dos voces y alejar la tercera solo se justifica en casos puntuales y por una razón válida en cuanto a la conducción melódica. Aun así, esto no se considera prohibido, ya que puede ser una solución adecuada en realizaciones particularmente complejas.

Los cruces de voces también están permitidos, y ahora podrían ser más frecuentes. Es importante recordar que esta situación no debe prolongarse demasiado, y se debe tener cuidado al resolver los cruces. Los cruces entre el bajo y una voz intermedia son especialmente delicados y deben evitar cualquier situación ambigua. Se considerarán correctos únicamente cuando contribuyan a una buena realización armónica, tanto si se considera el cruce como si no se hubiera producido. Un cruce no debe utilizarse como excusa para evitar una sexta y cuarta, ni debe ser su causa.

El cruce de voces, en el que pueden surgir faltas de 5as y 8as consecutivas o resultantes, genera varios casos que pueden ser objeto de controversia.

En primer lugar, no habría dudas si la falta ocurre mientras el cruce de voces se mantiene estable. Si la posición relativa de las voces no cambia durante el enlace en el que se producen las faltas, la situación es prácticamente idéntica a la de un caso sin cruces.

Sin embargo, la situación es distinta si las faltas ocurren justo en el momento en que se produce el cruce de voces. En el caso de las 5as consecutivas, observaremos que el problema surge entre determinadas voces, y no en una altura específica, dado que esta última cambia debido al cruce. También puede ser decisivo si la falta afecta a alguna voz que no participa en el cruce.

En el siguiente ejemplo, se muestra un primer caso en el que, de no existir cruce, habría faltas.

Ahora, consideremos un caso en el que se producen quintas entre dos voces, pero solo una de ellas está implicada en un cruce; y junto a esto, unas quintas en las notas superiores, aunque pertenecen a voces distintas. Ambos casos están conectados, ya que surge la duda de si la falta se origina al tener en cuenta la conducción de las voces o su posición relativa. Curiosamente, el resultado obtenido al considerar la conducción de las voces es exactamente opuesto al que se obtendría si se tomara en cuenta su posición relativa.

En relación con las quintas y octavas consecutivas que se generan entre partes extremas, es necesario reconsiderar la prioridad de la conducción de las voces sobre su posición relativa.

Inicio y conclusión de los ejercicios

Ya no es obligatorio comenzar con una 5ª o una 8ª, ni terminar con una 8ª. Tampoco es necesario iniciar o concluir con el acorde completo. Incluso se permite triplicar la nota final.

Esto amplía las opciones al comenzar con cualquier especie, ya que la 3ª ahora es una posibilidad que antes no se consideraba. Lo mismo ocurre con las conclusiones, lo cual es especialmente relevante al explorar nuevas opciones con finales en síncopa.

El acorde del primer y último compás debe ser de I grado en estado fundamental. En el caso del acorde inicial, esto se aplica al momento de la entrada de las voces, aunque después se puede seguir con otro acorde con las notas que le sucedan. Aunque es posible comenzar con voces cruzadas, la posición del acorde debe ser fundamental. Esto también es aplicable al finalizar el ejercicio.

• A) Incorrecto: En la primera blanca (silencio) se establece un estado fundamental, pero en la segunda se produce una primera inversión, donde comienza el bajo.
• B) Correcto: Tanto en la primera blanca como en la segunda, se establece un estado fundamental debido al cruce de voces.
• C) Incorrecto: En la primera blanca (silencio) se genera una primera inversión que la segunda blanca no puede corregir.
• D) Correcto: Al comenzar la primera negra, se establece un estado fundamental en el I grado, aunque luego realmente corresponde a un VI grado.
• E) Incorrecto: Al comenzar la primera negra, se establece un estado fundamental, pero no en el I grado, sino en el VI.

Mezcla de especies

En el contexto a tres voces, se presentan novedades en cuanto a las combinaciones posibles con las especies. La quinta especie, conocida como “florido”, puede utilizarse en una sola voz de las dos que acompañan al Cantus Firmus, al igual que el resto de las especies, de manera similar al trabajo a dos voces. Lo novedoso es la posibilidad de combinar diferentes especies, lo que se denomina “mezclas de especies”.

Las especies que se pueden mezclar son tres: blancas, negras y síncopas. No tiene sentido considerar la primera especie, ya que las redondas se emplean en la voz que acompaña al Cantus Firmus y es la especie utilizada en el trabajo tradicional.

Tampoco es lógico combinar una especie con valores iguales con la quinta especie, que es un compendio de todas las demás especies. En resumen, se combinan las especies de blancas, negras y síncopas entre sí, mientras que el florido se combina solo consigo mismo.

El hecho de que ahora puedan coexistir blancas y negras simultáneamente crea una nueva situación a estudiar: la posibilidad de encontrar disonancias entre la segunda y tercera negra. Es importante evitar la producción de disonancias paralelas o por movimiento directo entre las voces. No se le da la misma importancia si la disonancia se produce por movimiento contrario. Una disonancia de 7ª no debería resolver en una 8ª si ocurre por movimiento directo (aunque sí es posible si ocurre por movimiento oblicuo, como se ha permitido hasta ahora).

• F) Incorrecto: Dos séptimas directas entre la segunda y la tercera nota negra.
• G) Incorrecto: Dos séptimas directas, incluso si el Re en el soprano y el Fa en la voz intermedia son notas reales.
• H) Incorrecto: Dos segundas directas entre la segunda y la tercera nota negra.
• I) Correcto: La disonancia de séptima se resuelve en la de novena por movimiento contrario.
• J) Correcto: La disonancia en la tercera nota negra se resuelve por movimiento contrario.

Como norma general, dos o más disonancias seguidas son válidas por movimiento contrario, y también por directo si una de ellas tiene carácter de floreo y otra de paso.

También debemos prestar atención a lo que se puede y no se puede hacer con retardos y floreos. Un pequeño detalle puede comprometer la validez de una realización.

En mezclas de especies, es importante iniciar las voces de manera escalonada. Por ejemplo, cuando se combinan blancas con síncopas, una de las voces debe comenzar un compás después. Aunque no es indispensable en mezclas que incluyen negras, también es posible desplazar cualquiera de las dos especies a mezclar al segundo compás.

En las mezclas a tres voces, es necesario descartar el uso del final alternativo en blancas, ya que provocaría síncopas simultáneas en dos voces. Esta consideración también debe aplicarse a ejercicios con dos voces en florido.

En el florido en varias voces, a menudo se repiten los mismos ritmos en más de una línea melódica que acompaña al Cantus Firmus. Se debe evitar el uso de ritmos paralelos, salvo en el caso específico de sucesiones de negras, para asegurar una adecuada complementariedad rítmica entre todas las voces.

Resumen de normas

La notación se realiza utilizando tres claves en tres pentagramas distintos: Sol en el segundo pentagrama, Do en el tercero y Fa en el cuarto.

• En los ejercicios por especies, una voz debe llevar el C.F. (Clave de Fa), otra debe encargarse de la especie a tratar, y la tercera voz debe completar con redondas.
• No es necesario que los acordes aparezcan en su totalidad; es preferible que al menos la tercera nota del acorde esté presente.
• Cada compás debe contener un acorde.
• Con tres voces o más, se deben considerar las normas armónicas para las partes intermedias y extremas. Los cruces de voces con el bajo deben estar armónicamente justificados, tanto si ocurren como si se evita que sucedan.
• En general, debe haber un equilibrio en la posición relativa de las voces, aunque se puede hacer una excepción en casos específicos.
• No se debe comenzar ni terminar un ejercicio cruzando las mismas voces.
• El ejercicio debe comenzar en el primer compás con el I grado en estado fundamental cuando se inicien las voces. Se permite el cruce con el bajo para cumplir con esta norma, siempre y cuando no empiece con la nota fundamental.
• En las mezclas de especies, las normas mencionadas se aplican únicamente al primer compás. No hay restricciones para el inicio de la última voz en el segundo compás.
• En el florido a varias voces, los ritmos deben ser complementarios, evitando la simultaneidad de ritmos característicos.

Ejemplos de mezcla de especie a varias voces

Cuatro voces y mezcla

Al pasar de dos a tres voces, observamos diferencias significativas debido a la incorporación de voces intermedias y la posibilidad de completar acordes. Sin embargo, el paso a las cuatro voces representa una continuidad en estos aspectos generales.

Las diferencias principales radican en una mayor dificultad en la realización de los ejercicios, especialmente en el control de las cuatro voces y la tesitura en la que deben moverse.

Como norma general, se necesitará un ámbito más amplio para las voces, lo que implica un rango algo más agudo para el soprano y más grave para el bajo, además de un mayor dominio en las situaciones de unísonos y cruce de voces.

En la primera especie, se permitirá una única repetición de nota por voz, dada la dificultad que puede surgir para realizar el ejercicio correctamente sin recurrir excesivamente a los saltos. En el resto de las especies, no se permitirá esta repetición, tal como se ha hecho en los ejercicios a dos y tres voces.

Los ejercicios a cuatro voces se escribirán en cuatro pentagramas separados: clave de sol en 2ª para el soprano, clave de do en 3ª para el contralto, clave de do en 4ª para el tenor, y clave de fa en 4ª para el bajo.

Una de las voces llevará el Cantus Firmus, otra la especie a trabajar, y las dos restantes completarán el conjunto con redondas. Para mayor claridad, el Cantus Firmus se identificará con las iniciales C.F., evitando así su confusión con las voces que llevan redondas.

Mezcla de especies a cuatro voces

A tres voces, determinamos que las especies a mezclar eran la 2ª, 3ª y 4ª, ya que las redondas se utilizan para completar las voces que acompañan a la especie principal, y el florido es, en esencia, una compilación de todas ellas.

Las combinaciones de especies a cuatro voces tienen una única posibilidad que incluye las tres especies mezclables, las cuales acompañarán al Cantus Firmus.

Al iniciar el ejercicio, se recomienda una entrada escalonada de las voces. Dado que la 2ª y la 4ª especie entran en el mismo tiempo del compás, una de ellas debe hacerlo en el primer compás y la otra en el segundo, mientras que las negras pueden entrar en cualquiera de los dos. El florido, distribuido entre varias voces y no como una única especie, se utilizará en todas las voces excepto en la que contiene el Cantus Firmus. Además, es importante mantener una entrada escalonada, independientemente de la figuración elegida para el inicio.

Ejemplos de mezcla de especies a cuatro voces

Conclusiones

El contrapunto a tres y cuatro voces, combinando distintas especies, es una técnica avanzada que exige un dominio profundo de las reglas contrapuntísticas tradicionales. La mezcla de especies —primera, segunda, tercera, cuarta y quinta— permite una mayor riqueza rítmica y melódica, al integrar tanto notas sostenidas como movimientos más ágiles.

En el contexto de tres y cuatro voces, esta combinación ofrece un equilibrio entre la independencia de las líneas melódicas y la coherencia armónica, creando texturas complejas y variadas. Las voces interactúan de manera más dinámica, enriqueciendo el discurso musical y permitiendo una mayor flexibilidad en la resolución de disonancias. Esto lleva a una polifonía más sofisticada y expresiva, donde cada voz contribuye de manera significativa a la estructura y al flujo musical, sin perder de vista las exigencias del equilibrio y la cohesión dentro del conjunto.